El editorial comenta sobre el ataque terrorista a las afueras de Moscú que resultó en la muerte de más de 137 personas, presumiblemente por parte del Estado Islámico.
Se sugiere que Putin podría aprovechar este incidente para justificar una escalada en la invasión de Ucrania.
Los cuatro tayikos detenidos por el atentado muestran signos de tortura y han sido acusados de terrorismo.
Putin reconoció al Estado Islámico como responsables del atentado, pero insiste en una conexión con Ucrania sin fundamento alguno.
La lenta toma de decisiones de la UE, y el bloqueo de las ayudas por parte de EEUU contrastan con la dureza del ataque ruso.
Se advierte una tendencia en Rusia hacia una dictadura personal.
Conclusión: Este editorial expone las posibles manipulaciones políticas de Putin, la preocupante deriva autoritaria en Rusia, y llama a un refuerzo de la cooperación con Ucrania en defensa de la democracia liberal.