La Constitución de 1978 cumple 47 años, siendo la que más tiempo ha estado en vigor en España, simbolizando un periodo pacífico en la historia del país.
Aunque la Constitución tiene una evaluación positiva entre los ciudadanos, la oposición y las disputas persistentes entre los partidos políticos principales están socavando su espíritu fundacional.
El declive del espíritu constitucional ha estado evolucionando durante años, con los actores políticos relevantes incapaces o reacios a detener esta deriva peligrosa.
La disposición al consenso, que fue un ingrediente clave en la redacción de la Constitución, se ve cada vez más disminuida en el panorama político actual.
La falta de un mínimo de consenso impide progresos necesarios y modernizaciones a la Constitución adaptándola a los desafíos actuales.
Conclusión: La Constitución de 1978, pese a su longevidad y aceptación general, se ve amenazada por la erosión de su espíritu fundacional motivado por la falta de consenso y la polarización política en España.