La condena del periodista francés Christophe Gleizes por parte de un tribunal en Argelia ha sorprendido e incomodado a muchos.
Una reciente gracia otorgada a un escritor franco-argelino parecía indicar una mejora en las relaciones entre Argelia y Francia.
Sin embargo, este progreso parece haber sido anulado por la condena a Gleizes, que percibe como una amenaza.
Toda la situación plantea interrogantes sobre la racionalidad y estabilidad del régimen argelino, que parece tener un comportamiento errático.
Conclusión: El régimen argelino parece estar imponiendo sus propios intereses y luchas internas por encima de su reputación internacional y relaciones con otros países, especialmente con Francia. Los recientes incidentes socavan la esperanza de un diálogo más constructivo y la estabilidad en las relaciones bilaterales.