Alexei Navalny conocía los riesgos de su regreso a Rusia y estaba preparado para un enfrentamiento con Putin.
Navalny estaba en desventaja contra Putin, que tenía el apoyo del sistema policial y una clara falta de moral.
Navalny fue objeto de censura y acosado, destacando su intento de postularse a la presidencia.
El uso de veneno como arma refleja un intento de aterrorizar y desalentar a posibles oponentes.
Putin asesinó a Navalny de la manera más cobarde, lejos de las cámaras y los testigos.
El culto a Navalny tras su muerte muestra que se ha convertido en un eterno rival para Putin.
Conclusión: Pese a su muerte, Navalny continúa siendo una amenaza significativa para Putin, convirtiéndose en un símbolo del desafío al régimen actual de Rusia.