Los líderes de la izquierda enfrentan dificultades para encontrar un Primer Ministro aceptable.
Las ambiciones individuales están erosionando el campamento presidencial.
La derecha intenta recuperarse de la división y traición.
A pesar de no ganar la mayoría, la extrema derecha se fortalece.
Marine Le Pen, reelegida líder del RN, está esperando su momento.
Si no se atiende a los franceses olvidados, el país puede volverse ingobernable.
El reto para la izquierda está en mostrar a los votantes que rechazaron la extrema derecha que hicieron bien en movilizarse y responder a las expectativas de los que votaron RN.
Conclusión: La situación política en Francia es volátil con un creciente desgaste en la izquierda y la derecha, y la extrema derecha a la espera de aprovechar el caos. Es imperativo que la izquierda demuestre su valor y responda a las demandas de los ciudadanos.