El primer ministro israelí ha elegido demostrar su fuerza, arriesgándose a provocar una guerra regional con consecuencias impredecibles.
Se ha ignorado la posibilidad de una escalada regional, la comunidad internacional – encabezada por los Estados Unidos – intentó disuadir a Benjamin Netanyahu.
Estamos ante una escalada de violencia que aleja cualquier esperanza de una solución política a corto o medio plazo.
El futuro de la región se vuelve cada vez más incierto, con los ataques de represalia israelíes en Gaza entrando en su 300 día.
Los líderes de la región parecen conocer sólo la ley del talión: ojo por ojo, diente por diente.
El ciclo mortífero no parece estar bajo el control de nadie, menos aún de los Estados Unidos, que se encuentran en medio de una arriesgada campaña electoral.
Conclusión: La adopción de la ley del talión por parte de los líderes regionales y los continuos ataques de represalia israelíes han llevado a un aumento de la violencia y un futuro cada vez más incierto en la región.