Cerca de cinco mil personas han fallecido en la ruta migratoria canaria en lo que va de año.
Esta ruta es la más concurrida y peligrosa.
La capacidad de gestión de acogida español está desbordada.
Se están llevando a cabo negociaciones para mejorar la regulación de los traslados de menores no acompañados a otras comunidades.
Los recursos disponibles en las comunidades autónomas también son insuficientes.
Existe una falta de registros precisos y actualizados de los casos.
Ha habido críticas por el envío de migrantes supuestamente adultos que se declaran menores una vez llegan a su destino. Esto aumenta la presión sobre un sistema ya sobrecargado.
Conclusión: Es necesario revisar los métodos de gestión de la migración y mejorar la coordinación tanto en la UE como en España. La gestión actual no es ni adecuada ni efectiva.