Salvador Illa anuncia un plan estratégico para el despliegue de la inteligencia artificial en Catalunya, con inversión de mil millones de euros hasta 2030.
El plan aspira a beneficiar a unas 5.000 pymes y a 90.000 ciudadanos, y refleja la omnipresencia y proyección de la IA.
La IA presenta tanto un inmenso potencial positivo como el riesgo de afectar gravemente el mercado laboral.
La UE ha establecido regulaciones, como el Reglamento General de Protección de Datos, para garantizar un uso apropiado de la IA.
Existe presión, especialmente desde los Estados Unidos, para relajar las regulaciones de la UE sobre la IA.
Israel planea usar modelos de conversación de IA para mejorar su imagen en los Estados Unidos.
Conclusión: El desarrollo de la IA es constante con diversos intereses detrás de su uso que no siempre son inocentes. Es fundamental mantener regulaciones que protegan a los ciudadanos y asegurarse de que se utiliza correctamente para los intereses colectivos, en lugar de priorizar el enriquecimiento de los más ricos.