Francia ha sido una excepción en Europa en términos demográficos, resistiéndose al declive en las tasas de fertilidad hasta hace poco.
Los registros demográficos franceses muestran signos de deterioro. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, se espera que Francia tenga un saldo natural negativo en 2025.
La baja en la tasa de natalidad y el envejecimiento de la población tendrán impactos significativos en las finanzas públicas, la sostenibilidad del modelo social, y el sector de la atención sanitaria.
Los efectos del envejecimiento de la población también afectarán a la mano de obra disponible.
El presidente Emmanuel Macron ha llamado a un 'reequipamiento demográfico', aunque las políticas natalistas luchan por tener efectos tangibles.
La inmigración no será suficiente para resolver el problema demográfico de Francia.
Francia deberá encontrar formas de mejorar la tasa de empleo y ajustar el sistema de pensiones.
Una misión parlamentaria discutirá las causas y consecuencias de la disminución de la tasa de natalidad en Francia.
Conclusión: Aunque la demografía no cede a la política, los políticos deberán comenzar a interesarse en la demografía de manera urgente para enfrentar estos desafíos.