El conflicto fronterizo ancestral entre Tailandia y Camboya ha resurgido, causando muertes y desplazamientos masivos.
El problema se basa en los límites vagos impuestos por el colonizador francés, lo que ha generado reivindicaciones competitivas.
El templo de Preah Vihear y otros templos de la época del imperio jemer en estas áreas disputadas intensifican la situación.
La intervención de Donald Trump en el conflicto y el supuesto papel de la mediación de Malasia y China han sido fuentes de controversia.
Las acciones tácticas de los líderes de ambos países para mantener la tensión contribuyen al conflicto.
La lucha contra los centros de ciberfraude que alimentan la trata de personas en estas regiones se ve eclipsada por estas tensiones.
El multilateralismo débil de la ASEAN y la impotencia de las herramientas diplomáticas tradicionales subraya la persistencia del conflicto.
Conclusión: El editorial enfatiza la falacia de esforzarse en cuestiones de nacionalismo y conflictos territoriales en lugar de abordar problemas más problemáticos, poner en evidencia las debilidades del multilateralismo y los enfoques diplomáticos tradicionales.